lunes, 15 de agosto de 2011

Una tarde con mi Hijo


Una de las cosas que más aprecio en la vida es gastar tiempo con mi hijo mayor, el tiene 9 años. Y dentro de poco ya no quera estar más tiempo con su padre.

Es la ley de la vida mientras sos la personas más importante de su vida el está contento, pero ahora tiene sus amigos y sale de la casa y juega con ellos. Llega come y se va a costar.

Pero el sábado se juntaron dos motivos para quedar juntos, la mamá y el pequeño demonio (Pero esa es otra historia) se fueron a Granada a visitar a unos familiares.

Y justo cuando el se disponía ir a jugar donde su amigo y yo a trabajar un poco. Se fue la Luz. Nos quedamos viendo y gritamos al mismo tiempo No, y ahora que hacemos.

Nos quedamos viendo como 15 minutos uno frente al otro y de repente dijo juguemos Naipe, empezamos con una serie de 7 a ganar 4, pero como empecé ganando 4 dijo mejor 10 a ganar 5. Pensé un juego más que importa, para que acepte, gano 1, 2, 3 seguidos. Sus gritos de victorias se escucharon en toda la calle. (Jugamos tripar, se reparten 5 cartas y gana el que forma 3 pares). El cuarto juego lo gano para empatar la serie a 4.

Se repartieron las cartas él con una sonrisa inocente de que le salieron 2 pares de mano. Subimos la apuesta el que pierda lava los platos, me sentía perdido pero el juego se emparejo de repente, hasta el punto que ambos necesitamos la misma carta para ganar el 9, se fueron levantando una a una los naipes y de repente se oyó un grito.

¡Ya vino la luz!



Ahora les dejo una pregunta ¿Quién creen que lavo los platos?



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